Esto me lo pregunté casi al final de mi vida como empleada "¿Por qué trabajas, Lorena?" La respuesta en aquel entonces - 8 años - fue:
- Porque tengo que trabajar para vivir
- Porque es la única manera que puedo hacerme de un patrimonio
- Porque para eso me educaron
- Para tener un mejor nivel de vida
Y así como estas tuve algunas más respuestas, pero todas iban en el mismo sentido. Curiosamente no pasó por mi cabeza algo así como "porque me gusta lo que hago", "porque me gusta trabajar", "porque ayudo a otros con lo que hago", no, ni una vez pensé esto. Siendo sincera contigo y conmigo misma, estaba un poco cansada de un trabajo corporativo, ya sabes 40 horas a la semana, vacaciones limitadas y cuando la empresa me lo permitía. No niego que tenía un buen sueldo y me alcanzaba para mis caprichitos, pagar una hipoteca, un coche y vacaciones anuales.
Y bueno, no es pecado trabajar, al contrario, el trabajo dignifica pero no solo necesitamos trabajo. Conozco personas "workaholics" que no solo trabajan casi todo el día, sino que sus pláticas llegando a casa también son sobre el trabajo. Para todo debemos tener límites. No importa si eres empleada o tienes tu propia empresa, debes marcar el límite de tu trabajo.
Quiero pensar que te gusta tu trabajo, o al menos que cuando iniciaste te gustaba. Y aquí es donde te pregunto ¿tú, por qué trabajas? Tómate cinco minutos y respóndete. Ya sea que tus respuestas sean parecidas a las mías o que estés totalmente satisfecha con lo que haces, no está de más tener las razones por las cuales cada día nos levantamos y vamos a trabajar. Cuando la respondas, comparte en los comentarios.